-¿Y si no quiero ser mamá?
- Ximena Martinez
- 15 may 2020
- 4 Min. de lectura
Nunca he sido muy partidaria de los días festivos; respeto mucho a quienes celebran con gran gozo días como el 10 de mayo, 14 de febrero incluso el 24 de diciembre. Desde mi perspectiva son días muy comerciales, sin embargo procuro mantener una actitud agradable para quienes están a mí alrededor esas fechas. Hace precisamente unos días aquí en México, se festejó ese 10 de mayo, de un modo totalmente diferente ya que seguimos confinados, estoy segura que cada quien desde sus posibilidades procuraron mantener esta fecha especial y festejarla de la mejor manera; y precisamente por esta celebración es que decidí escribir acerca desde el otro lado de la maternidad. Escribir por aquellas mujeres que aún no lo somos y que a lo mejor estamos considerando serlo o no.
En el año 2011 una psicoterapeuta y escritora inglesa con problemas de fertilidad llamada Jody Day crea una red mundial de apoyo para mujeres sin hijos, esta red lleva por nombre NoMo que proviene por sus siglas en inglés de la palabra “not” y “mo-mother” que significa “no mamá”; pero da la casualidad que este movimiento no solo incluyo mujeres con este mismo problema de fertilidad, sino que también a mujeres con otras razones para no tener hijos, que tienen otras aspiraciones de vida, mujeres que actualmente se conocen como NoMo.
Culturalmente, de generación en generación se nos ha transmitido el estereotipo de que el papel principal de una mujer es convertirse en madre y que incluso el no serlo, es como estar “incompletas”. Lo pongo entre comillas, ya que lamentablemente se sigue cosificando el cuerpo de la mujer bajo los términos naturales y biológicos de que tiene que dar vida, teniendo el concepto de que el cuerpo femenino está diseñado para procrear. Sin embargo no todo el funcionamiento del cuerpo tiene que girar en torno a la fertilidad, más que subrayar que está diseñado para ello, sería más idóneo considerar que tenemos los órganos necesarios para llevarlo a cabo, por lo tanto es nuestra decisión tener hijos o no.
El derecho a ejercer la maternidad tiene muchos aspectos a considerar. Aquellas madres solteras que han venido a reformar por completo el concepto de familia tradicional de mamá, papá e hijos por ejemplo, o también aquellas mujeres que se convierten en madres por adopción, que incluso pueden reforzar esta idea de que el cuerpo femenino no solo es para procrear, que la maternidad no siempre empieza cuando se fecunda. U otro ejemplo que también me llamó la atención hace unos días de una felicitación solo a mujeres que ejercen una maternidad deseada porque crían hijos más felices, entonces -¿Qué pasa con aquellas que su maternidad no fue deseada? -¿Qué tal si no tuvieron otra opción más que convertirse en mamás?...
Las mujeres que deciden no ser mamás también se enfrentan al señalamiento de ser juzgadas por considerarlas egoístas y más cuando probablemente tienen ya una pareja, de ser raras porque no tienen miedo a quedarse solas, o porque tal vez prefieren la compañía y la responsabilidad de cuidar a una mascota. Y a ese señalamiento súmenle la probable angustia de no sentir que se encaja en el estereotipo, porque tal vez sí siente miedo pero no de la soledad sino posiblemente de no ser lo suficientemente responsables de otra vida que no sea la suya; o a lo mejor quieren cumplir más metas o tienen otras expectativas de lo que es ser mujer. Aunque aclaro, que también un hijo no es sinónimo de no hacer nada más con tu vida.
También les comparto que leí por ahí en redes sociales que se debería normalizar que las mamás recomienden a las mujeres no tener hijos a modo de consejo, ya que ellas desde su experiencia aseguran (no todas) que ha sido complicado principalmente en torno a lo económico. No olvidemos que la desigualdad en México impera y que así como hay papás o mamás que pueden sostener gastos, hay otros que viven al día. Esta normalización no me parece tan descabellada, porque admitámoslo todavía nos genera mucho conflicto que una mamá considere que su mejor papel en la vida no ha sido serlo.
Sea cual sea la postura que tú como mujer tengas respecto a la maternidad, decide sin prejuicios. Si quieres ser mamá tienes que considerar tus deseos de serlo no por exigencia, considerar tu economía a futuro e incluso considerar que si tienes pareja, esa persona formará no solo una familia contigo sino un hogar, no la estructura física, la estructura emocional y mental de la crianza; y tal vez muchos aspectos que una mujer que ya es mamá te puede decir, pero estoy segura que de ser así, será lo mejor de tu vida. De igual manera si quieres esperar para tener hijos pero tú familia u otras personas te andan carrereando porque el cuerpo a los 30 ya no es el mismo, considera dejar tu salud en manos de un experto médico para que sea él quien te asesore respecto a la edad adecuada para convertirte en madre.
Si decides no serlo, debes tomar en cuenta que habrá críticas severas por tu decisión, pero serás igual de valiosa que una mujer que tiene hijos, y asimismo llegarán otra clase de bendiciones y maravillas a tu vida. Sí tienes hijos y la gente te cuestiona -¿Qué para cuando un segundo? No te presiones, las familias pueden ser chiquitas y no tan extensas como hace años.
Más allá de la perspectiva feminista o la exigencia social de cumplir o no roles, cada quien tiene un argumento válido sobre su propio cuerpo, su propio destino y la responsabilidad de informarse y saber elegir lo que es mejor para cada quien. El punto es que, como mujeres estemos felices y conformes con lo que decidamos.
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