top of page
Buscar

Sedentarios sentimentales

  • Foto del escritor: Ximena Martinez
    Ximena Martinez
  • 29 ago 2022
  • 3 Min. de lectura

Recuerdo que leí un fragmento de la carta de un lector de Orense, España, enviada a la directora de un periódico local. “Estoy cansado de dar los buenos días” decía como título, de inmediato comprendí su hastió, me reconocí en él mismo; para no ahondar en dicha carta que espero ustedes mismos puedan buscarla en Internet, él compartió su cansancio constante por ser una persona que respeta al otro, que respeta el espacio, los tiempos, los sentimientos, lo que implica ser uno más en esta sociedad.


Me reconocí porque incluso yo misma he estado en ambos lados, yo misma he sido víctima de la presión que parece el tiempo ejerce en nosotros y apurar a quienes están delante de mí; he sido sorda al hablar con otros, ajena por lo que sucede a mi alrededor, desinteresada al ver que si algún producto se cae del estante, no ser yo quien lo recoja. Pero en un grado mucho mayor he sido quien hasta el día de hoy también se siente cansada de saludar y ser ignorada.


Lo he escrito ya en muchas ocasiones, culpando al ritmo de vida tan acelerado y rutinario en el que vivimos, y a la tecnología que con su inmediatez, nos ha acostumbrado a tener – casi – todo a un click; que hemos tal vez hasta perdido la capacidad de ser pacientes, asumiendo que un proceso lento es una pérdida de tiempo. Incluso, me atrevo a asegurar que también hemos perdido la capacidad de ser seres humanos, de asombrarnos, de reflexionar, de pensar, porque de eso se encarga, también la tecnología.


Tal vez, por ello nos hemos vuelto sedentarios sentimentales; no porque permanezcamos en un solo lugar, sino porque permanecemos automatizados, a veces carentes de emociones empáticas por otros. Nos mantenemos en una misma postura sentimental para y con los demás. Sé que la supervivencia humana, parece una guerra, parece una constante carrera, una competencia, que no nos permite mirar a otros, pensar en otros, incluso a ayudar a otros.


En temas así, rescato estos ejemplos: cuando en un accidente automovilístico se ve involucrado un camión que transporta alimentos o algún otro producto comercial, la gente hace rapiña; cuando decide una persona estacionarse en el cajón de las personas discapacitadas, cuando deciden tirar la basura en la calle, en vez de guardarla hasta encontrar un bote como tal o recoger las heces de sus perros cuando los sacan a pasear; se trata precisamente de decisiones, porque hayamos o no, sido educados en un sistema donde existen reglas y obligaciones, al final de cuentas, optamos por hacer algo que nos beneficie, aunque eso implique llevarnos entre las patas a alguien.



Y por supuesto que el beneficiarnos a nosotros mismos, no es ser egoístas, es cuidarnos de muchas maneras, pero al menos tratemos de hacer el menor daño posible, a otras personas.


Las situaciones que se presentan en nuestra vida, en las cuales se nos permite ayudar inesperadamente, con acciones a veces tan pequeñas, como el tenderle la mano a alguien que se ha caído o acciones voluntarias como quienes donan su sangre, son tan distintivas y poco habituales, que incluso si las presenciamos nos sorprenden porque – ya casi nadie hace eso – y quien lo hace, a veces no necesita vanagloriarse por hacerlo, pues hay una línea muy delgada que separa el hecho de invitar o motivar a otras personas para hacerlo y el hacer de ello un espectáculo para el reconocimiento público.


En fin, la supervivencia humana, como ya lo escribí, es una competencia. No dejaremos de verlo así, porque todos merecemos y queremos vivir de la mejor manera posible, el tiempo que tengamos que; sin embargo, sé que entre estos competidores existen personas que también se han cansado de dar los buenos días pero que siguen haciéndolo, así como personas que se despojan de algo suyo para compartirlo con alguien más, aunque sea un desconocido, personas que decidieron otorgar un lugar en la fila, que cedieron el paso, que recogieron algo que por error tal vez se cayó, personas que deciden donar, personas que deciden guardar silencio y no discutir con un presuntuoso, personas que denuncian, que hablan por los que ya no pueden hacerlo, personas que sin conocerte, son capaces de cambiar tu vida. A todas ellas, muchas gracias, por hacer la diferencia, que por ratos, se siente perdida.




Muchas gracias por tu visita y lectura. No olvides retroalimentar, comentar o compatir :)

 
 
 

Comentarios


© 2023 by Name of Site. Proudly created with Wix.com

bottom of page