"Necesito entender tu ausencia"
- Ximena Martinez
- 25 jul 2022
- 2 Min. de lectura
Así comencé a vivir una partida. Tratando de entender y saber qué hacer con la ausencia. ¿Vivirla? ¿Jugar con ella? ¿Huir de ella? ¿Dejar que pasaran los días hasta hacerme la idea? Hasta fijarme la idea de que el tiempo en el que estuvimos, dejó de existir.
Creo que todos en la vida hemos sentido esto. Esta sensación de vacío que deja la inexistencia de aquel ser vivo, de ese ser querido, quien quiera que sea. Las múltiples preguntas que suenan en la cabeza, que atormentan cada segundo que pasa, esa incertidumbre de querer saber si pudiste hacer algo para impedirlo, para evitarlo, si estuviste a una decisión de que este ser no se fuera.
Y para empezar ¿A dónde se va? ¿Te observa? ¿Sigue a nuestro lado, la esencia? Nadie lo sabe. Religiosa o espiritualmente existen algunas respuestas, pero sé que no siempre son suficientes. Esas preguntas van y vienen, a veces, uno se conforma con pensar que en efecto, ese ser está en un mejor lugar, donde quiera que sea, como tenga que ser.
De hecho, te cansas de pensar. Te vistes de silencio para tener un poco de paz. No me explico cómo es posible pero la vida sigue, todo a tu alrededor nunca se detiene, son las mismas horas, los mismos días, pero persiste la sensación de que nada es igual.
Esa ausencia, es verdadera, se siente hasta en el cuerpo, en el ambiente, el aire pesa, porque solo es uno quien lo respira. El dolor te permite conocer en dónde está aquello a lo llaman alma, porque también se discierne, también se quiebra.
Pero no hablaré del olvido, porque considero que en efecto es la misma muerte, la muerte de todo recuerdo, de todo instante, de todo momento, la destrucción completa hasta del espacio físico que alguna vez se compartió. Y no quiero que la ausencia me lleve ni siquiera a desconocer todo lo que me dio tu compañía.
Necesito entender tu ausencia, para seguir con la vida, entender que somos un chasquido de dedos, un abrir y cerrar de ojos, un breve lapso de dimensiones, entender que nada es eterno, ni tampoco el dolor, aunque no sepa en qué momento deja de doler o si es posible vivir con el malestar hasta los huesos.
Necesito saber, que escuchaste mi voz y que como siempre, te agradó y te reconfortó, necesito saber que, aunque suene presuntuoso, estuviste bien a mi lado. Así, podría continuar contándole a las hojas blancas, las muchas cosas que preciso saber de ti.
Necesito hacerte saber que al menos, ahora es tu ausencia, la que me acompaña. Que en algún momento, el equilibrio de la vida, me traerá de vuelta la absolución o la dicha. Yo espero las dos.

Con amor para ti, mi gato literato.
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